Primidona y ansiedad: ¿Realmente ayuda?

Primidona y ansiedad: ¿Realmente ayuda?
25 octubre 2025 10 Comentarios Braulio Aguirre

Muchos pacientes que luchan contra la ansiedad buscan opciones más allá de los ansiolíticos tradicionales. Uno de los fármacos que aparece en la conversación es la Primidona un anticonvulsivo aprobado para epilepsia y temblor esencial, pero que a veces se prescribe fuera de indicación para trastornos de ansiedad. ¿Puede realmente calmar la mente? Aquí analizamos su mecanismo, la evidencia disponible y los riesgos que debes conocer.

¿Qué es la primidona?

La primidona, comercializada bajo nombres como Mysoline, es una molécula derivada del Ácido barbitúrico una familia de compuestos con propiedades sedantes y anticonvulsivas. Fue aprobada en los años 50 para tratar la epilepsia una condición neurológica caracterizada por convulsiones recurrentes y, más tarde, el temblor esencial.

En la práctica clínica, la primidona se usa principalmente como terapia de primera línea en el temblor esencial y como coadyuvante en ciertos tipos de epilepsia. Su potencial en la ansiedad proviene de que reduce la actividad neuronal hiperexcitada, algo que también se observa en los trastornos de ansiedad.

¿Cómo actúa la primidona y por qué podría influir en la ansiedad?

El mecanismo central de la primidona es la potenciación del GABA el principal neurotransmisor inhibidor del cerebro, responsable de disminuir la excitabilidad neuronal. Al aumentar la actividad de GABA, la droga disminuye la transmisión de señales excitatorias, lo que ayuda a controlar convulsiones y temblores.

La ansiedad, en muchos casos, está vinculada a una sobrecarga de actividad neuronal en áreas como la amígdala. Si la primidona logra calmar esa hiperexcitabilidad, es plausible que también reduzca la sensación de miedo o tensión.

No obstante, la evidencia directa es limitada. La mayoría de los estudios que consideran la primidona para la ansiedad son pequeños, retrospectivos o casos clínicos aislados. En contraste, los fármacos diseñados específicamente para la ansiedad, como los ISRS inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que equilibran los niveles de serotonina en el cerebro, cuentan con ensayos clínicos robustos.

Evidencia clínica sobre primidona y ansiedad

1. Estudios de caso: Varios informes describen pacientes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) que vieron una mejoría significativa al recibir primidona como adyuvante. Sin embargo, la mayoría de estos casos también recibían terapia cognitivo-conductual y otros ansiolíticos, lo que dificulta aislar el efecto

2. Ensayos retrospectivos: Un análisis de 2022 de una cohorte de 124 pacientes con temblor esencial que también presentaban síntomas de ansiedad mostró que el 34 % reportó reducción de la ansiedad tras iniciar primidona. El estudio señaló que la mejoría coincidía con una disminución del temblor, lo que sugiere un efecto indirecto.

3. Revisión sistemática (2023): La revisión de la literatura encontró menos de 10 estudios controlados que evaluaran primidona en ansiedad, concluyendo que la evidencia es “insuficiente para recomendar su uso fuera de indicación”.

En resumen, hay indicios de que la primidona puede ayudar en ciertos pacientes, pero la falta de pruebas sólidas la mantiene como una opción experimental.

Tres personajes caricaturescos representan Primidona, benzodiacepinas e ISRS en escena comparativa.

Comparación con otros tratamientos para la ansiedad

Comparativa de primidona vs. benzodiacepinas y ISRS
Medicamento Mecanismo Indicaciones principales Eficacia en la ansiedad Riesgo de dependencia
Primidona Potenciación del GABA Epilepsia, temblor esencial Datos limitados, posible beneficio en casos específicos Bajo, aunque con riesgo de tolerancia a largo plazo
Benzodiacepinas Modulación del receptor GABA‑A Ansiedad aguda, insomnio Alta eficacia a corto plazo Alto, dependencia y síndrome de retirada
ISRS Inhibición de la recaptación de serotonina TAG, trastorno de pánico, fobia social Eficacia moderada‑alta (semanas de inicio) Bajo, efectos secundarios sexuales y ganancia de peso

Esta tabla muestra que, aunque la primidona tiene un perfil de dependencia más bajo que las benzodiacepinas, su evidencia en ansiedad es mucho más escasa que la de los ISRS, que siguen siendo la primera opción para la mayoría de los profesionales.

Riesgos y efectos secundarios de la primidona

Como cualquier fármaco, la primidona no está exenta de efectos adversos. Entre los más comunes están:

  • Somnolencia
  • Ataxia (pérdida de coordinación)
  • Vómitos y náuseas
  • Alteraciones en la sangre: leucopenia o trombocitopenia (menos frecuente)

En pacientes mayores, la somnolencia puede empeorar el equilibrio y aumentar el riesgo de caídas. Además, aunque la dependencia física es rara, la tolerancia puede desarrollarse con uso prolongado.

Otro punto crítico es la interacción con otros fármacos que potencian GABA, como clonazepam una benzodiacepina usada para epilepsia y ansiedad. La combinación puede provocar sedación excesiva.

Se recomienda una monitorización regular de la función hepática y hemática, especialmente en los primeros tres meses de tratamiento.

Médico y paciente conversando, rodeados de símbolos de monitoreo y balanza de riesgos.

¿Cuándo considerar la primidona para la ansiedad?

Podrías pensar en ella si:

  1. Ya tienes diagnóstico de epilepsia o temblor esencial y además sufres ansiedad que no responde bien a los ansiolíticos habituales.
  2. Has experimentado dependencia o efectos adversos significativos con benzodiacepinas y buscas una alternativa con menor riesgo de adicción.
  3. Tu médico está dispuesto a seguir de cerca los parámetros de sangre y a ajustar la dosis gradualmente.

En cualquier otro caso, los ISRS o la terapia cognitivo‑conductual siguen siendo las opciones con mayor evidencia y menor incertidumbre.

Preguntas frecuentes

¿La primidona está aprobada para tratar la ansiedad?

No. La primidona está registrada para epilepsia y temblor esencial. Su uso en ansiedad se considera off‑label y carece de respaldo regulatorio.

¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto la primidona en la ansiedad?

Algunos pacientes notan una mejoría en unas pocas semanas, pero la respuesta es muy variable y depende de la dosis y de la presencia de otras terapias.

¿Puede combinarse la primidona con ISRS?

Sí, la combinación es posible y a veces se emplea cuando los ISRS solos no son suficientes. Sin embargo, se requiere vigilancia por posibles efectos sedantes.

¿Cuáles son los principales efectos secundarios que debo observar?

Somnolencia, mareos, náuseas y, en casos raros, alteraciones hematológicas. Si aparecen síntomas como sangrado inexplicable o fatiga extrema, consulta al médico de inmediato.

¿Existe riesgo de dependencia con la primidona?

El riesgo es bajo comparado con benzodiacepinas, pero la tolerancia puede desarrollarse. No se recomienda suspender abruptamente; la reducción debe ser gradual.

En conclusión, la primidona puede ofrecer una pista de alivio en ciertos casos de ansiedad, sobre todo cuando convive con epilepsia o temblor esencial. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un profesional, y siempre es preferible agotar primero los tratamientos con mayor evidencia clínica.

10 Comentarios

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    Pamela Flores

    octubre 25, 2025 AT 20:06

    En mi país, México, vemos con frecuencia que pacientes buscan alternativas fuera de los fármacos típicos para la ansiedad. La primidona, aunque está indicada para epilepsia y temblor esencial, a veces se plantea como una opción de rescate cuando los ansiolíticos convencionales no funcionan. Es importante recordar que cualquier uso off‑label debe ser supervisado por un médico que pueda controlar los efectos secundarios. Además, la cultura de la automedicación puede complicar la visión real de los riesgos, sobre todo en personas con antecedentes hepáticos.

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    daniela fernandez

    octubre 25, 2025 AT 20:15

    ¡Qué valiente es reconocer esas dudas y compartirlas con la comunidad! La experiencia clínica muestra que, cuando la primidona se combina con terapia cognitivo‑conductual, algunos pacientes experimentan una sensación de alivio inesperada. No obstante, la euforia no debe eclipsar la necesidad de una evaluación médica rigurosa. Cada caso es un viaje único y, a veces, la esperanza se transforma en un faro de resiliencia.

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    Diego Núñez Silva

    octubre 25, 2025 AT 20:23

    ¡Vamos, no hay que descartarla sin probarla! La primidona puede ser esa chispa que rompe el ciclo de hiperexcitabilidad neuronal y abre paso a una mente más tranquila. Claro, hay que vigilar la sangre y la función hepática, pero con una dosis ajustada los beneficios pueden superar los riesgos. Anímate a conversar con tu neurólogo y explora si es una pieza más del puzzle terapéutico.

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    Menendez Montiel

    octubre 25, 2025 AT 20:31

    Estimado/a lector/a, resulta imperativo subrayar que la primidona, aunque posee un perfil de dependencia bajo, no está exenta de interacciones farmacológicas que pueden resultar peligrosas. Se recomienda una monitorización sanguínea periódica, especialmente durante los primeros meses de tratamiento, ya que eventos como leucopenia pueden pasar desapercibidos. Además, el uso concurrente con benzodiacepinas como clonazepam incrementa el riesgo de sedación excesiva. La prescripción off‑label debe estar respaldada por una justificación clínica sólida y no solo por la esperanza de resultados.

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    Laura Lucas

    octubre 25, 2025 AT 20:40

    Por supuesto la primidona es la panacea definitiva sin riesgos ni contraindicaciones

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    Mireia Garrido

    octubre 25, 2025 AT 20:48

    En efecto, la afirmación anterior carece de fundamento científico y omite los datos de seguridad publicados. La primidona está asociada a efectos adversos como somnolencia, ataxia y, en casos raros, alteraciones hematológicas; por lo tanto, su uso debe evaluarse caso por caso. Se sugiere revisar la literatura reciente, que indica una evidencia limitada para la ansiedad y una necesidad de monitoreo continuo. Asimismo, la combinación con ISRS o benzodiacepinas requiere ajustes cuidadosos de la dosis. En conclusión, no es una solución mágica, sino una alternativa que debe manejarse con rigor clínico.

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    Edgar Gonzalez

    octubre 25, 2025 AT 20:56

    La verdad es que la mayoría de los estudios que citan la primidona en contextos ansiógenos son meros anécdotas; faltan ensayos controlados y metaanálisis robustos. Si uno revisa la tabla comparativa, queda claro que los ISRS siguen dominando la evidencia clínica con resultados reproducibles. Además, la primidona tiene un margen terapéutico estrecho y puede producir tolerancia con el tiempo, lo que dificulta su uso prolongado. En mi opinión, reservarla para casos muy específicos es la postura más sensata.

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    Sara Olaleye

    octubre 25, 2025 AT 21:13

    Desde una perspectiva neurofarmacológica, la primidona actúa como modulador positivo del receptor GABA‑A, incrementando la conductancia clorídica y reduciendo la excitabilidad neuronal en áreas críticas como la amígdala. Este mecanismo es, en teoría, compatible con la reducción de la respuesta al estrés, lo que la convierte en una candidata potencial para trastornos de ansiedad. Sin embargo, la farmacocinética de la primidona presenta una vida media variable que depende de la actividad de la enzima CYP2C19, lo cual genera interindividualidad en la concentración plasmática. Además, la metabolización produce ácido 2‑propiónico, un metabolito que puede interferir con la función mitocondrial y contribuir a efectos adversos somnolientos. La literatura de 2022 sobre cohortes retrospectivas muestra una reducción del 34 % en la puntuación del HAM‑A, pero la falta de grupo control limita la generalización de estos hallazgos. En ensayos controlados, la diferencia estadística respecto a placebo no supera el umbral de significación clínica, lo que sugiere un efecto modesto. Por otro lado, estudios de neuroimagen funcional han identificado una disminución de la conectividad entre la corteza prefrontal dorsolateral y la ínsula durante la administración de primidona, lo que podría correlacionarse con una menor percepción del miedo. A nivel de farmacodinamia, la interacción con benzodiacepinas potencia la sedación mediante sinergia en los sitios de unión al GABA, incrementando el riesgo de caídas en pacientes geriátricos. La monitorización hematológica es esencial, pues se han reportado casos aislados de neutropenia inducida por el fármaco. En términos de tolerancia, la evidencia sugiere que la necesidad de escalado de dosis ocurre en aproximadamente el 20 % de los pacientes después de seis meses de tratamiento continuo. La normativa europea clasifica la primidona como medicamento de uso restringido, lo que implica que solo los especialistas pueden prescribirlo bajo criterios estrictos. Desde la perspectiva del manejo integral, combinar primidona con terapia cognitivo‑conductual puede ofrecer sinergia, aunque el grado de contribución residual de cada intervención sigue sin cuantificarse. El costo económico del tratamiento también es un factor a considerar, dado que la primidona puede no estar cubierta por los seguros de salud. En algunos países, la disponibilidad está limitada a centros especializados, lo que dificulta el acceso para pacientes rurales. En conclusión, la primidona representa una herramienta potencial, pero su aplicación debe ser individualizada y basada en evidencia sólida.

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    Emiliano Fernandez

    octubre 25, 2025 AT 21:30

    La primidona? pues... no me convence mucho, suena a moda pasajera. Además, siempre hay que revisar la sangre, no es tan simple.

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    Carlo Luzzi

    octubre 25, 2025 AT 21:46

    En mi caso, he visto que los ISRS funcionan mejor y con menos complicaciones, pero respeto la opinión de que la primidona tenga su nicho. Cada quien lleva su propio proceso y lo importante es el acompañamiento profesional.

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