Si sientes molestias en la zona del vientre, es normal que te preocupe. El dolor abdominal es una queja muy frecuente y, aunque a veces es inofensivo, también puede señalar algo serio. Aquí te explico de forma clara qué lo puede causar, cuándo debes preocuparte y qué puedes hacer para aliviarlo.
La mayoría de los dolores de estómago tienen origen digestivo. Ingredientes picantes, comer demasiado rápido o atracones de comida pueden irritar el revestimiento del estómago y provocar una sensación de ardor o presión. Otros culpables comunes son la gastritis, la acidez y la indigestión, que suelen mejorar con antiácidos o cambios simples en la dieta.
Hay problemas fuera del tubo digestivo que también generan dolor en el abdomen. Las infecciones del tracto urinario, los cálculos renales o una inflamación de la vesícula biliar pueden causar molestias que se sienten en la zona alta del vientre o en el flanco. En mujeres, el ciclo menstrual, quistes ováricos o endometriosis son causas frecuentes.
En casos de estreñimiento, la acumulación de heces endurecidas ejerce presión sobre la pared intestinal y produce dolor crónico que suele aliviarse con fibra, agua y ejercicio regular.
No todos los dolores son iguales. Si el malestar es súbito, intenso y no mejora en unos minutos, o si se acompaña de fiebre alta, vómitos persistentes, sangre en las heces o dificultad para respirar, llama al médico de inmediato. Estos síntomas pueden indicar una apendicitis, una úlcera perforada o una obstrucción intestinal, situaciones que requieren atención urgente.
Si el dolor aparece después de una comida muy grasosa, prueba con una infusión de manzanilla y una caminata ligera. Evita acostarte justo después de comer y mantén una hidratación adecuada. Los medicamentos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroides, pueden ayudar, pero úsalos con precaución y siempre siguiendo las indicaciones.
Para dolores leves y recurrentes, lleva un registro de cuándo aparecen, qué comiste y cómo te sientes. Esa información será útil para tu médico y te ayudará a identificar patrones. En muchos casos, pequeñas modificaciones como comer porciones más pequeñas, masticar bien y reducir el consumo de alcohol y cafeína hacen una gran diferencia.
En resumen, el dolor abdominal tiene miles de causas, desde una simple indigestión hasta problemas que necesitan atención médica urgente. Conocer los signos de alarma y aplicar medidas simples de autocuidado puede ahorrarte visitas innecesarias al doctor y, sobre todo, mejorar tu calidad de vida. Si tienes dudas persistentes, no dudes en consultar a tu profesional de salud; es mejor prevenir que lamentar.
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