Cómo hablar con tu pareja sobre la tricomoniasis: guía para conversaciones difíciles

Pocas cosas provocan más nervios —y a veces miedo— que tener que sentarse a hablar con tu pareja sobre una infección de transmisión sexual, especialmente si se trata de una poco conocida como la tricomoniasis. Ahora, imagina que casi la mitad de las personas con tricomoniasis ni siquiera se dan cuenta de que la tienen; sí, así de común y silenciosa es. Este pequeño protozoo, Trichomonas vaginalis, se cuela en la vida sexual de millones cada año. Nadie manda un mensaje de texto avisando: “Oye, me detectaron tricomoniasis y tú podrías tenerla”. Por eso, aprender a hablar de esto, sin dramas ni culpas, es casi como un superpoder para una relación sana.
¿Qué es realmente la tricomoniasis y por qué se esconde tanto?
Hablar de la tricomoniasis se complica porque casi siempre es invisible. Cuentas con suerte si apareces en el 30% que presenta síntomas, los cuales suelen pasar desapercibidos o confundirse con otras cosas: ardor al orinar, secreción inusual, picazón… No es raro que, según la Organización Mundial de la Salud, haya más de 156 millones de casos anuales en todo el mundo y mucha gente ni idea. La tricomoniasis no es peligrosa al nivel de otras ETS si se trata, pero si se ignora, puede provocar molestias, inflamaciones e incluso aumentar el riesgo de contraer VIH. Además, no hay que tomarlo a la ligera si hay embarazo, porque puede causar partos prematuros.
El principal lío es que, por ser silenciosa, sorprende cuando se detecta en una pareja estable. No indica infidelidad ni fecha exacta de contagio: el bicho puede haber estado esperando meses e incluso años antes de causar síntomas. Aquí es donde los celos y sospechas suelen colarse por la puerta trasera, y por eso hay que ir a la charla preparado con hechos y sin acusaciones.
Quienes padecen la infección pueden sentirse desesperados buscando respuestas. Y sí, en muchos casos ni siquiera hay síntomas evidentes. La única manera de confirmarlo es con exámenes de laboratorio: una microscópica búsqueda del parásito en fluido vaginal, cervical, o uretral, dependiendo del sexo. Los tratamientos son bastante eficaces —una o varias dosis de metronidazol o tinidazol, medicamentos que aniquilan al intruso—, pero como ambos pueden estar infectados, el tratamiento debe ser para la pareja entera. No sirve de nada curarte tú y que tu pareja siga contagiando sin darse cuenta. Tampoco funciona ignorar el tema o posponerlo.
Cambiar la forma de hablar: menos juicios, más empatía
Si apenas viste el positivo en la prueba y lo primero que sentiste fue un nudo en el estómago, tranquilo: es normal. El miedo a ser culpado, rechazado o a que estalle una discusión está muy presente. Pero el miedo/la vergüenza solo complican más la charla. Contar con la información justa te da ventaja: la relación no debe tambalearse, pero sí hay que enfrentar la situación con empatía.
Lo primero, olvida la frase "tengo algo que contarte y no sé cómo lo vas a tomar", ya que pone las alarmas a mil. Mejor ir directo: “Acabo de hacerme una prueba de ETS y salió tricomoniasis, eso es tratable y no suele dar síntomas. Debemos tratarlo juntos”. ¿Ves la diferencia? Ofreces datos, no especulaciones. Ahí, escuchar también vale doble: dale espacio a tu pareja para procesar la noticia sin interrumpir ni presionar. Puedes compartir juntos datos claves como estos:
Dato | Realidad |
---|---|
Prevalencia | 156 millones de casos/año (OMS) |
Propagación | Vaginal, rara vez anal/oral |
Tiempo de incubación | Días a meses |
Síntomas | Solo el 30% presenta |
Cura | Antibióticos (metronidazol/tinidazol) |
El secreto es usar el“nosotros” (“vamos a curarnos”, “así cuidamos la salud de los dos”) en vez del “tú” y “yo”. De esta manera, se evita abrir el viejo libro de los reproches. Incluso si reacciona mal de inicio, lo más probable es que sea miedo. Puedes aclarar que las infecciones de transmisión sexual no siempre indican que haya habido engaño. Si la pareja lleva tiempo sin pruebas, cualquiera pudo contagiarse hace meses.
Recuerda: hablar cara a cara (no por WhatsApp) ayuda a generar confianza. Buscar un momento tranquilo y privado, sin prisas, mejora las cosas. Hablar de salud nunca es perder el tiempo: el objetivo es cuidar a los dos, no encontrar “culpables”.

Estrategias para mantener la calma y la claridad durante la conversación
Evitar que la charla sobre tricomoniasis se convierta en guerra mundial requiere algunos trucos psicológicos. Primero, respira y piensa que es muy probable que tu pareja tampoco lo supiera. Nadie elige tener una ETS, y mucho menos esta, que la mayoría de la gente desconoce. Además, los estudios serios, como los publicados en la revista Sexually Transmitted Diseases (2023), muestran que la mayoría de los contagios ocurren sin intención, en relaciones monógamas o estables donde nunca se han hecho pruebas de rutina. No eres el único atravesando esta charla incómoda.
Cuando llegue el momento, usa frases como:
- "Me hice unos estudios y salió tricomoniasis. No tenía síntomas, así que fue sorpresa."
- "Esto es común y no siempre tiene que ver con infidelidad. El parásito puede haber estado ahí sin darnos cuenta."
- "Es fácil de tratar si ambos seguimos el tratamiento y nos apoyamos."
- "Vamos juntos a la consulta, si te parece mejor."
No olvides mencionar los tiempos de incubación poco claros: quizá lo tenían ambos desde antes de estar juntos. Esto ayuda a neutralizar el miedo irracional de un posible engaño. Aquí nadie debe convertirse en detective privado.
Si la reacción es de enojo o gran preocupación, escucha sin pelear. Ofrece respuestas, pero no busques culpables. Puedes decir: “¿Quieres que le preguntemos a la doctora juntos?” o dejar claro que tienes el mismo interés por aclararlo todo.
Algunos consejos clave que ayudan a mantener la calma:
- Evita conversaciones después de una discusión o cuando alguno esté cansado.
- Infórmate antes de hablar: así parecerás más seguro y confiable.
- Propón hacer las pruebas juntos, para mostrar que no tienes nada que ocultar.
- Aporta papeles o resultados si hace falta, pero nunca uses los datos como instrumento de presión.
Nadie tiene que sentirse humillado ni asustado. El foco debe ser la salud y la prevención, nunca el ataque personal. Y no te juzgues ni permitas que te juzguen: cualquiera puede tener tricomoniasis una vez en la vida.
Después de la charla: cómo fortalecer la relación y prevenir futuros sustos
Superar esta charla no solo resuelve el problema médico, sino que puede mejorar la pareja. Quienes logran hablar claramente sobre ETS suelen fortalecer la confianza y la intimidad. Muchas relaciones dudan en preguntar sobre el pasado sexual, pero enfrentarse juntos a situaciones de salud es una prueba real de madurez y cariño.
Después de iniciar el tratamiento, lo ideal es evitar relaciones sexuales (de cualquier tipo) hasta que ambos terminen los antibióticos y repitan las pruebas. Sí, puede ser incómodo posponer, pero es parte del proceso para no reinfectarse. Y si alguien tiene dudas, los médicos recomiendan una prueba de control a las dos semanas de terminar el tratamiento, para asegurarse de que todo quedó limpio.
No está de más aprovechar el momento para hablar sobre otros hábitos de salud sexual: hacerse tests de rutina una vez al año, usar preservativos, y mantener abiertas las puertas a la comunicación pueden evitarte un montón de sustos en el futuro. En España, por ejemplo, la tricomoniasis no es la ETS más común (el podio se lo lleva la clamidia y la gonorrea), pero sigue creciendo en ciertos grupos, sobre todo en personas jóvenes y en relaciones en las que se cree que no hay riesgo.
Si la pareja no quiere hablar del tema, puedes sugerir la intervención de un profesional (médico, sexólogo). Es mejor buscar ayuda que mantener culpas o miedos en secreto. Mientras tanto, recuerda que seguir el tratamiento y hablar honestamente son tus mejores armas. Si sientes vergüenza, recuerda: la tricomoniasis no es señal de promiscuidad ni de baja autoestima. Es una infección, como una gripe, que solo se transmite de manera sexual. Así de simple y complejo a la vez.
Finalmente, hablar de estos temas rompe el estigma y ayuda a muchas otras personas a atreverse a hacer lo mismo. En un mundo donde todo el mundo se preocupa por la imagen y el qué dirán, cuidar la salud propia y la de la pareja debería ser lo primero. Y, aunque quizá hoy no sea tarea fácil, créeme: cuando pase el tiempo, lo agradecerás.