Cómo evaluar los informes de los medios sobre la seguridad de los medicamentos
Has leído un titular: "Nuevo estudio revela que este medicamento para la presión arterial causa infartos". Tu corazón se acelera. ¿Debes dejar de tomarlo? Antes de tomar cualquier decisión, debes saber que la mayoría de estos informes no te dicen la verdad completa. La seguridad de los medicamentos es uno de los temas más malinterpretados por los medios. No se trata de alarmismo ni de ocultar peligros: se trata de cómo se presentan los datos. Y si no entiendes cómo se miden esos datos, puedes tomar decisiones que te hagan más daño que bien.
La diferencia entre error de medicación y reacción adversa
Muchos informes usan las palabras "efecto secundario" o "reacción adversa" como si fueran lo mismo que un "error de medicación". No lo son. Un error de medicación ocurre cuando algo sale mal en el proceso: un médico receta mal, una enfermera administra la dosis equivocada, una farmacia entrega el fármaco incorrecto. Son errores humanos o sistémicos, y muchos son prevenibles. Una reacción adversa es cuando el medicamento hace algo dañino aunque se haya usado correctamente. Por ejemplo, un antibiótico puede causar diarrea grave en algunas personas, aunque se haya tomado exactamente como se indicó. Eso no es un error: es una reacción biológica.Un estudio de 2021 en JAMA Network Open analizó 127 artículos de medios y descubrió que el 68% no especificaban si estaban hablando de errores o reacciones. Si no sabes cuál es el caso, no puedes juzgar si el riesgo es real o si se puede evitar. Si el artículo dice que "un medicamento es peligroso" sin decir si el peligro viene del uso incorrecto o del fármaco en sí, está ocultando información clave.
¿Qué significa "aumenta el riesgo en un 50%"?
Este es el error más común. Los medios aman decir cosas como: "Este medicamento aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular en un 50%". Suena aterrorizante. Pero si el riesgo original era de 2 en 1000, un aumento del 50% significa que ahora es 3 en 1000. Eso no es un peligro masivo. Es un cambio pequeño. Si el riesgo original era de 1 en 10, entonces un 50% más sería 1.5 en 10 - eso sí sería grave.La regla simple: siempre busca el riesgo absoluto. No te conformes con el porcentaje relativo. Un estudio de la BMJ en 2020 mostró que los periódicos serios como el New York Times lo hacían bien en el 62% de los casos. Las cadenas de televisión y los sitios digitales lo hicieron bien solo en el 22%. Si el artículo no menciona el número real de personas afectadas, no lo creas. Pide el dato. Si no lo dan, es una señal de advertencia.
¿Qué método usaron para medirlo?
No todos los estudios de seguridad son iguales. Hay cuatro métodos principales:- Reportes espontáneos: médicos o pacientes envían casos de reacciones adversas a bases de datos como la FAERS de la FDA. Es fácil, pero muy inexacto. Solo se reporta el 5-10% de los eventos reales. Un informe que dice "hubo 500 casos de daño hepático" sin decir que son reportes espontáneos está engañándote.
- Revisión de historias clínicas: revisan miles de expedientes médicos para encontrar errores. Es más preciso, pero aún así solo detecta una fracción de los problemas reales. El experto David Bates dice que estos estudios capturan solo entre el 5% y el 10% de los errores reales.
- Herramientas de activación (trigger tools): usan señales específicas en los registros (como un aumento repentino de creatinina) para identificar posibles problemas. Es el método más eficiente y equilibrado. Si el artículo menciona esto, es una buena señal.
- Observación directa: alguien observa en tiempo real cómo se administran los medicamentos. Es el más preciso, pero costoso y poco común. Si lo mencionan, es un estudio de alta calidad.
Si el artículo no dice qué método usó, no puedes confiar en su conclusión. Un informe que dice "un estudio encontró que..." sin explicar cómo lo encontró es como un reporte policial que dice "hubo un robo" sin decir si lo vio un testigo o si lo dedujo por huellas.
¿Usan las fuentes correctas?
Las bases de datos oficiales existen. La FDA tiene su sistema FAERS, la OMS tiene el Centro de Monitoreo de Uppsala, y la Agencia Europea de Medicamentos tiene su propia red. Pero los medios casi nunca explican lo que estas bases de datos no hacen.Un reporte espontáneo no prueba que un medicamento causó el problema. Solo dice que alguien lo asoció. Puede ser coincidencia. Un paciente toma un medicamento y luego tiene un infarto. ¿Fue el medicamento? ¿O tenía diabetes, fumaba, y estaba estresado? Los reportes espontáneos no responden eso. Solo los estudios controlados y bien diseñados pueden hacerlo.
Un estudio de 2021 en Drug Safety encontró que solo el 44% de los informes de medios explicaban esta diferencia. La mayoría trata los reportes como si fueran pruebas de causalidad. No lo son. Son pistas. Y si un artículo te dice "la FDA alertó sobre este medicamento", pregúntate: ¿fue una advertencia formal, o solo una actualización de datos sin evaluación?
¿Qué dicen las guías de expertos?
Hay organizaciones que establecen estándares reales. La American Society of Health-System Pharmacists (ASHP) dice que la seguridad no termina cuando un medicamento entra en el mercado: debe monitorearse continuamente. El Institute for Safe Medication Practices (ISMP) publica una lista de abreviaturas peligrosas que causan errores - como "U" por unidad (que se confunde con "0" o "4").Un análisis de 2022 mostró que los medios que consultan a ISMP tienen un 43% menos de errores. Si el artículo menciona que el medicamento usa "mg" en lugar de "mL", o que no usa la palabra "dosis" en lugar de "unidad", es un indicador de calidad. Si no menciona nada de esto, probablemente no lo revisó un profesional.
¿Qué pasa con las redes sociales y los influencers?
Las redes sociales son el peor lugar para buscar información sobre medicamentos. Un estudio de la National Patient Safety Foundation en 2023 encontró que el 68% de los posts en Instagram y TikTok sobre seguridad de medicamentos contienen errores graves. Una persona dice: "Me dejé de tomar este medicamento y me sentí mejor". Eso no es ciencia. Es una experiencia anecdótica. Y el algoritmo la hace viral porque genera miedo.Un 61% de los adultos en EE.UU. cambiaron su tratamiento por algo que leyeron en los medios, según una encuesta de Kaiser Family Foundation en 2023. El 28% dejó de tomar su medicamento por completo. Muchos de esos cambios fueron innecesarios. Algunos fueron peligrosos. Si tu médico te recetó algo, no lo dejes por un video de TikTok. Habla con tu farmacéutico. Pregunta: ¿Qué estudio es este? ¿Qué método usaron? ¿Cuál es el riesgo real?
¿Cómo actuar cuando lees un informe?
Aquí tienes un protocolo simple que puedes usar siempre:- Identifica el tipo de evento: ¿Es un error de medicación o una reacción adversa?
- Busca el riesgo absoluto: ¿Cuántas personas de cada 1000 o 10.000 fueron afectadas?
- Revisa el método: ¿Fue un reporte espontáneo, una revisión de historias, o un estudio controlado?
- Verifica la fuente: ¿Cita la FAERS, la OMS, o un estudio publicado en una revista médica?
- Compara con guías: ¿Menciona ISMP, ASHP, o el índice NCC MERP para medir el daño?
Si el artículo no responde al menos tres de estas cinco preguntas, no lo tomes como evidencia. Es un titular. No un diagnóstico.
¿Y si el medicamento es realmente peligroso?
A veces lo es. No estamos diciendo que todos los informes sean falsos. La talidomida, la rofecoxib (Vioxx), y algunos anticoagulantes han causado daños masivos. Pero esos casos se descubrieron gracias a sistemas de monitoreo rigurosos, no a titulares sensacionalistas. La FDA y la EMA actúan cuando hay evidencia clara, repetida y cuantificable.Si realmente hay un riesgo grave, lo verás en múltiples fuentes confiables, no en uno solo. Y lo acompañarán recomendaciones claras: "Este medicamento no debe usarse en pacientes con insuficiencia renal" o "Se recomienda monitoreo hepático cada 3 meses". No te dirán: "¡Deja de tomarlo ahora!". Te dirán: "Habla con tu médico sobre tus opciones".
¿Qué puedes hacer tú?
No te conviertas en un experto en farmacovigilancia. Pero sí aprende a hacer tres preguntas básicas antes de creer cualquier titular:- ¿Qué significa este número realmente?
- ¿Cómo lo saben?
- ¿Quién lo dice?
Si no puedes responder esas tres, no actúes. Pide ayuda. Llama a tu farmacéutico. Habla con tu médico. No dejes que un titular decida por ti. Tus decisiones sobre medicamentos son demasiado importantes para dejárselas a un algoritmo o a un periodista que no entiende estadística.
La seguridad de los medicamentos no es un drama de televisión. Es ciencia. Y como toda ciencia, necesita contexto, precisión y humildad. Lo que tú haces con esa información puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una tragedia evitable.
¿Qué diferencia hay entre un error de medicación y una reacción adversa?
Un error de medicación ocurre cuando algo sale mal durante la prescripción, transcripción, dispensación o administración del medicamento - por ejemplo, una dosis incorrecta o un fármaco equivocado. Es un fallo del sistema o del proceso, y muchos son prevenibles. Una reacción adversa es una respuesta negativa del cuerpo al medicamento, incluso cuando se usa correctamente. Por ejemplo, una alergia o un daño hepático por un antibiótico tomado como se indicó. La primera es un error humano; la segunda es una reacción biológica.
¿Por qué los medios siempre dicen que el riesgo "aumentó un 50%"?
Porque suena más alarmante. Un aumento del 50% en un riesgo pequeño puede ser casi insignificante. Por ejemplo, si el riesgo original era de 2 casos por cada 1000 personas, un aumento del 50% lo lleva a 3 por 1000. Eso no es una epidemia. Es un cambio mínimo. Los medios usan el riesgo relativo porque es más impactante. Lo que importa es el riesgo absoluto: cuántas personas realmente se ven afectadas. Si no lo mencionan, no confíes en el dato.
¿Son confiables los reportes de la FDA sobre efectos secundarios?
Los reportes de la FDA (FAERS) son útiles para detectar señales tempranas, pero no prueban causalidad. Son reportes espontáneos: cualquier persona puede enviar un caso. Muchos son coincidencias. Por ejemplo, alguien toma un medicamento y luego tiene un infarto. ¿Fue por el medicamento? Quizá tenía presión alta y no lo sabía. La FDA no afirma que el medicamento causó el problema - solo registra que ocurrió. Solo los estudios controlados pueden demostrar una relación causal. Por eso, un informe que dice "la FDA advirtió" sin explicar esto está mal informado.
¿Debo dejar de tomar mi medicamento si sale en las noticias?
No. Nunca dejes de tomar un medicamento prescrito por un solo titular. La mayoría de los informes sobre seguridad de medicamentos son incompletos o mal interpretados. Si tienes dudas, habla con tu médico o farmacéutico. Ellos pueden explicarte el contexto: ¿el riesgo es real? ¿es común? ¿hay alternativas? Dejar un medicamento sin supervisión puede ser mucho más peligroso que tomarlo.
¿Qué fuentes debo confiar para información sobre seguridad de medicamentos?
Confía en fuentes que citen estudios publicados en revistas médicas revisadas por pares, como JAMA, The Lancet o NEJM. También en organizaciones como la FDA, la OMS, la ASHP o el ISMP. Evita blogs, influencers, redes sociales y portales de noticias que no mencionen el método del estudio, el riesgo absoluto o la fuente original. Si no puedes rastrear el dato hasta su origen, no es confiable.
hernan cortes
diciembre 4, 2025 AT 20:24Gonzalo Pérez
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