Si te han hablado de Himplasia y no sabes bien de qué va, lo primero es saber que se trata de una técnica usada para tratar la hipertensión ocular. Pero, antes de aplicar cualquier tratamiento, el médico necesita confirmar que esa sea la causa del problema. Aquí te explico paso a paso cómo se hace el diagnóstico y qué información obtienes.
El proceso empieza con una visita al oftalmólogo. Te hará preguntas sobre tus síntomas, como visión borrosa, dolor de cabeza o halos alrededor de las luces. Después, medirá tu presión intraocular con un tonómetro, el aparato que suelta una pequeña gota de aire para estimar la presión dentro del ojo.
Si la presión está alta, el especialista suele realizar una gonioscopia. Con un lente especial, examina el ángulo de drenaje del ojo para ver si está estrecho o bloqueado. Este paso es clave porque la Himplasia se indica cuando el ángulo está cerrado o parcialmente cerrado.
Luego, se hacen imágenes de la retina y del nervio óptico con OCT (Tomografía de Coherencia Óptica). Estas imágenes revelan si el nervio ya sufre daño por la presión. Si el daño es leve o inexistente, la Himplasia puede ser una buena opción.
Una vez recopilados los datos, el oftalmólogo comparará tus valores con los rangos normales. Si la presión supera los 21 mm Hg y el ángulo está comprometido, el diagnóstico será hipertensión ocular con riesgo de glaucoma. En ese caso, te explicará si la Himplasia es el paso siguiente.
La Himplasia consiste en inyectar una pequeña cantidad de láser para abrir el ángulo y mejorar el drenaje. Antes de programar el procedimiento, el médico revisará tu historial de enfermedades, alergias y cualquier medicación que puedas estar tomando, porque algunos fármacos pueden interferir.
Si todo está listo, se agenda la sesión de láser, que dura unos minutos y suele ser ambulatoria. Después, recibirás indicaciones para evitar frotar los ojos y usar colirios antiinflamatorios durante unos días. El control posterior es esencial: deberás volver para medir la presión y asegurarte de que el ángulo se mantiene abierto.
En resumen, el diagnóstico Himplasia no es una prueba aislada, sino un conjunto de evaluaciones que confirman si tu ojo necesita esa intervención. Conocer cada paso te ayuda a sentirte más seguro y a preguntar lo que necesites al especialista.
¿Te queda alguna duda? Pregunta siempre al médico cómo se interpretan tus valores y qué alternativas tienes si la Himplasia no resulta adecuada. La información clara es la mejor herramienta para cuidar tu visión.
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