Si estás tomando citalopram para la depresión o la ansiedad, es normal preguntarse si la dosis que tienes es la adecuada. No tienes que adivinar: con unos cuantos pasos puedes valorar si necesitas subir, bajar o mantener la misma cantidad. Aquí te explico de forma sencilla cómo hacerlo y qué estar atento.
Primero, evalúa tus síntomas. Si notas mejoría en el estado de ánimo, menos preocupaciones y puedes dormir mejor, probablemente la dosis está bien. Pero si te sientes igual o peor después de 2‑4 semanas, es señal de que algo no cuaja. Presta atención a cambios como irritabilidad, insomnio o aumento de la ansiedad; esos pueden indicar que la dosis necesita ajuste.
También fíjate en los efectos secundarios. El citalopram puede causar náuseas, boca seca, sudoración o temblores leves. Si son muy molestos o aparecen de repente, habla con tu médico antes de cambiar la dosis por tu cuenta.
1. Consulta siempre a tu profesional. El ajuste debe hacerse bajo supervisión; la diferencia entre 20 mg y 40 mg puede ser crucial.
2. Incrementos graduales. Normalmente se sube de 10 a 20 mg cada 1‑2 semanas, según la tolerancia. Evita saltos grandes, pues aumentan el riesgo de efectos adversos.
3. Registra lo que sientes. Lleva un diario de ánimo, sueño y cualquier molestia. Esa información ayuda al médico a decidir el paso siguiente.
4. No suspendas de golpe. Si decides bajar la dosis, hazlo despacio. Un descenso abrupto puede provocar síntomas de abstinencia como mareos o irritabilidad.
En caso de haber olvidado una toma, tómala tan pronto como lo recuerdes, siempre que no estén muy próximas a la siguiente dosis. Nunca tomes una doble dosis para compensar.
El citalopram interactúa con varios fármacos: inhibidores de la CYP2C19 (como omeprazol), anticoagulantes y otros antidepresivos pueden elevar el riesgo de sangrado o del síndrome serotoninérgico. Informa siempre a tu médico de cualquier medicamento, suplemento o hierba que tomes, incluso la vitamina B12.
Si tienes antecedentes de problemas cardíacos, presta atención a la prolongación del QT en el ECG; dosis altas (>40 mg) pueden incrementar ese riesgo.
Finalmente, recuerda que cada cuerpo responde de forma distinta. Lo que funciona para tu amigo puede no ser lo ideal para ti. Mantén la comunicación abierta con tu profesional de salud y usa esta guía como referencia práctica.
Con estos consejos podrás ajustar tu citalopram de manera segura y seguir avanzando hacia una mejor calidad de vida.
Descubre cómo se usa el citalopram hidrobromuro, dosis habituales y cambios al tratar depresión y ansiedad. Datos útiles, ajustes y consejos explicados fácil.
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